Antes de que la levadura fuera descubierta por Louis Pasteur en el siglo XIX, la cerveza era fermentada con levadura reutilizada de lotes previos, y posteriormente almacenada en barriles de madera que muy seguramente contenían otro tipo de microorganismos como levadura brett o bacteria, los cuales al cabo del tiempo terminaban generando una segunda fermentación y agregando a estas cervezas sabores rústicos y ácidos.